VI, 15.4 - Divina commedia (1321), de Dante Alighieri. Una alianza ficticia entre literatura y filosofía


Crítica de la razón literaria
 
Una Teoría de la Literatura científica, crítica y dialéctica

Tratado de investigación científica, crítica y dialéctica sobre los fundamentos, desarrollos y posibilidades 
del conocimiento racionalista de la literatura 

Editorial Academia del Hispanismo, 2017-2022. 
Décima edición digital definitiva. 
ISBN 978-84-17696-58-0

Jesús G. Maestro
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Índices





Divina commedia (1321), de Dante Alighieri.

Una alianza ficticia entre literatura y filosofía



Referencia 
VI, 15.4


Crítica de la razón literaria Jesús G. Maestro

Nunca una obra literaria ha estado tan cerca de la filosofía como lo ha hecho la Divina commedia de Dante Alighieri. Un logro así es, además, un hecho irrepetible. Jamás volverán a darse en la Historia condiciones que lo hagan posible. Las obras geniales se caracterizan precisamente porque son resultado de movimientos o diátesis irrepetibles. No se pueden clonar ni superar. Ante ellas, sólo cabe el pastiche, la imitación devaluada o el Kitsch.

 Ocurre, además, que hoy la filosofía está separada de todo, excepto de la ansiedad y de la deficiencia emocional exigida por la autoayuda y sus géneros publicitarios. Hoy, frente a lo que ocurría históricamente, en realidad casi hasta el siglo XX, la filosofía está en manos de profesores de filosofía, que es lo mismo que estar en manos de sofistas. Quien sólo sabe de filosofía no sabe, en realidad, sino de retórica filosófica. En la mayor parte de los casos, la filosofía es en nuestros días una simple hermenéutica. Una terapia, más, de grupo. Un sucedáneo de ideología. Nada de esto es posible encontrar ni en Dante ni en ninguna de sus obras políticas, filológicas o literarias.

 La Divina commedia es filosofía en verso. Es la poética de la Escolástica. La teología hecha literatura. Hablamos de una teología ―hay que advertirlo― cuya genealogía evitó un desenlace protestante. Es la teología racionalista de la Escolástica, de la filosofía de Tomás de Aquino, que antepone la razón a la fe, para explicar esta última desde aquélla. Un intento medieval por hacer inteligible la fe, y que constituye la esencia del catolicismo frente al luteranismo posterior.

 Frente a la filosofía escolástica de Tomás de Aquino está la teología dogmática de Agustín de Hipona, el monje que en sus Confesiones declaraba oír voces y practicar la bibliomancia. Agustín de Hipona, el monje luterano. El padre medieval del protestantismo. Su filosofía no admite que sea posible razonar la fe, convertida ésta en un dogma absoluto, inasequible al pensamiento humano y las posibilidades de su inteligencia. Razonar la fe es un acto de soberbia. De insumisión. De desacato. De provocación y desafío. Es una pretensión luzbelina y réproba. Lo justo es someter la razón humana a los sentimientos fideístas. No por casualidad Lutero es monje agustino. La hegemonía protestante, medrosa hoy ante la seguridad manifiesta de sus últimos poderes históricos, tiene gérmenes medievales. Hoy asistimos a los estertores del poder protestante. Y sus élites lo saben.

 Dante amuebló y decoró el más allá con todo lujo de detalles y funciones. Dante, el ingeniero de un Dios escolástico, embelleció el Infierno luzbelinamente, tanto o más que el mejor de los románticos, los cuales le deben el poder y la fuerza de su poética. La obra de Dante advierte que toda mitología está destinada a poblar un mundo visible. Del limbo a la traición, Dante cataloga la realidad humana viva y vivida en todos los tiempos. Esencialmente, nada ha cambiado: la vida es presunción de conocimiento y sofística, adulterio y prostitución, depredación y gula, avaricia y dilapidación patológicas, anomias múltiples provocadas por deficiencias emocionales e intelectuales, desde la envidia y la soberbia hasta la impotencia por saberse imbécil ―o sospecharse medio tonto― y no poder disimularlo ni superarlo.

 No puede faltar la condena dantina contra los enemigos del gremio, esto es, en su momento, los enemigos de la Iglesia, entonces exclusivamente cristiana, pero con infinitas sectas heréticas en su seno. Siempre ha sido así: la obsesión del grupo es el exterminio del adversario: del individuo no gregario. Como advierten los antropólogos —esa suerte de psicoanalistas del presente, que toman como referencia de universalidad comportamientos primigenios de las culturas antiguas—, en términos de René Girard: la servidumbre es consecuencia del temor al sacrificio.

 A partir del séptimo círculo, de disposición tridimensional, habitan en la Divina commedia cuantos, de un modo u otro, han dedicado su vida a la malsinería. Hasta alcanzar desde ella la consumación de los crímenes más horrendos. Algunas de estas aberraciones son, hoy día, formas de conducta simples y naturales. Pero no vivimos en la Edad Media, si bien del futuro nada está excluido. El octavo círculo exige una decadimensionalidad. Diez escenarios para ajusticiar por siempre a quienes hicieron, esta vez, de la malsinería algo más que palabras, hasta convertirla en un instrumento esencial en sus actividades ―diríamos― profesionales. El noveno y último círculo culmina en la más aberrante de todas las maldades, auténtico corazón de esencias humanas: la traición. Judas, Bruto y Casio. He aquí las 3 gracias mayores de la Historia de la amistad, esa alianza humana de la que brota, tarde o temprano, la traición, en sus múltiples y encantadoras formas y funcionalidades.

 Sea como fuere, la Divina commedia de Dante es, tal vez, la única obra de la literatura universal que combina, de la forma más estable y mejor sostenida, una combinación que apenas se da de modo tan perfecto en ninguna otra obra de arte. Me refiero a la amalgama de las cuatro genealogías literarias: la literatura primitiva o dogmática, la literatura crítica o indicativa, la literatura programática o imperativa y la literatura sofisticada o reconstructivista. La combinación y dialéctica armonía entre lo racional y lo acrítico con lo irracional y la crítica se produce casi sin falta en cada uno de sus tercetos encadenados. La Divina commedia es por ello mismo el crisol de la genealogía literaria universal.






Información complementaria


⸙ Referencia bibliográfica de esta entrada

  • MAESTRO, Jesús G. (2017-2022), «Divina commedia (1321), de Dante Alighieri. Una alianza ficticia entre literatura y filosofía», Crítica de la razón literaria: una Teoría de la Literatura científica, crítica y dialéctica. Tratado de investigación científica, crítica y dialéctica sobre los fundamentos, desarrollos y posibilidades del conocimiento racionalista de la literatura, Editorial Academia del Hispanismo (VI, 15.4), edición digital en <https://bit.ly/3BTO4GW> (01.12.2022).


⸙ Bibliografía completa de la Crítica de la razón literaria



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