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Literatura y libertad


Crítica de la razón literaria

Si la libertad es lo que los demás nos dejan hacer, la literatura es lo que a lo largo de la Historia la política y la religión nos han permitido escribir. O tal vez... lo que no han podido censurar. Acaso la literatura es esa construcción humana que los enemigos de la razón ―que son los enemigos de la libertad― no han podido evitar. Ni destruir. No en vano la historia de la literatura es la historia de una lucha por la libertad contra los enemigos de la razón y, sobre todo, contra los enemigos de la razón literaria, es decir, del racionalismo de la literatura. Porque huir de la inteligencia significa ante todo huir de la imaginación, pues la imaginación más seductora es siempre la imaginación más racionalista. No hay mayor libertad que la libertad que exigen la literatura y la crítica de la razón literaria.

Jesús G. Maestro, Crítica de la razón literaria (2017-2022: III, 2.1).

I, 1 - Proemio


Crítica de la razón literaria
 
Una Teoría de la Literatura científica, crítica y dialéctica

Tratado de investigación científica, crítica y dialéctica sobre los fundamentos, desarrollos y posibilidades 
del conocimiento racionalista de la literatura 

Editorial Academia del Hispanismo, 2017-2022. 
Décima edición digital definitiva. 
ISBN 978-84-17696-58-0

Jesús G. Maestro
__________________________________________________________________________________


Índices




Hagan todos lo que quisieren de mi libro,
pues yo he dicho lo que he querido de todos.

Francisco de Quevedo,
Sueños (1627/1984: 75).


Proemio

Presentación I, 1 


Jesús G. Maestro, Crítica de la razón literaria

Mi modesta biblioteca personal, mi experiencia docente e investigadora laboratorio de mi formación literaria, ejercida durante décadas como profesor universitario en diferentes instituciones académicas—, y la interpretación de la obra literaria de autores universales. Y un ordenador. 

Esto fue todo lo que necesité para llevar a cabo, y ultimar, durante algo más de dos décadas, esta obra, titulada Crítica de la razón literaria. Tratado de investigación científica, crítica y dialéctica sobre los fundamentos, desarrollos y posibilidades del conocimiento racionalista de la literatura.

No necesité de más recursos.

El lector tiene hoy ante sí la edición definitiva de esta obra.

Al contrario que muchos investigadores y universitarios contemporáneos, obligados a incluir en sus trabajos las referencias de los proyectos solicitados y subvencionados por tales o cuales ministerios de educación, cultura, industria, energía, igualdad, solidaridad, fraternidad, etc., yo, sinceramente, no tengo nada que decir. Mi obra se ha desarrollado siempre al margen de la subordinación administrativa y de la subvención burocrática, cultural o política. También al margen de toda obsecuencia académica. No he sido discípulo ortodoxo de ningún maestro, sino intérprete —muy heterodoxo— de varios autores. Los intérpretes actúan con más libertad que los discípulos. Y no por declararse intérpretes quedan exentos de reconocer y de agradecer públicamente a sus maestros cuanto han aprendido de ellos. 

Toda génesis se transforma en la medida en que la estructura se desarrolla, debido, esencialmente en este caso, a las exigencias de la propia literatura, como realidad ontológica, y de la Teoría de la Literatura, como gnoseología o teoría de la ciencia literaria.

Con frecuencia los lectores buscan en sus autores la presencia de un magisterio, de unos antecedentes, de un «padre» o de una «madre». Hoy nadie recuerda, sin embargo, a la que fue mi directora de tesis, quien ni siquiera me permitió entonces citar ni una sola vez el nombre de Gustavo Bueno en mis investigaciones de doctorado[1]. Ésta es la «libertad» de que se dispone en la Universidad. Y a esta «libertad» hubimos de enfrentarnos desde siempre. Lo he dicho muchas veces: si te han educado para obedecer, no leas la Crítica de la razón literaria. Búscate un pedagogo, algún libro de autoayuda y desde luego otro pasatiempo. Este libro está dirigido a personas que quieren afrontar con inteligencia y libertad una investigación académica original.

En este sentido, he de confesar que mi labor investigadora se ha llevado a cabo de espaldas a la Universidad, una institución en la que he trabajado desde 1994 —desde mis 26 años de edad, tras doctorarme a los 25 en Teoría de la Literatura—, y en la que laboralmente entré enfrentándome a la endogamia que siempre la ha corrompido. Jamás trabajé en la Universidad en la que cursé mis estudios de Licenciatura ni de Doctorado: algo que no puede decir la mayoría de mis colegas españoles. No soy resultado de la endogamia académica. La Universidad, a mi juicio, durante los años en los que escribí esta obra, ha funcionado como institución absoluta e irreversiblemente pervertida y degradada, hasta convertirse poco a poco en uno de los mayores obstáculos con los que hayan podido encontrarse el conocimiento, la ciencia y el rigor académicos. La Universidad, en el desarrollo de mi labor investigadora, ha sido siempre un estorbo de los principales. La Universidad es la pihuela de la ciencia y de la libertad[2].

La investigación científica, como también la educación científica, es más una cuestión de contenidos que de recursos. Hoy la Universidad ofrece muchos recursos, pero sin apenas contenidos útiles[3]

La Crítica de la razón literaria expone de forma sistemática una teoría científica, crítica y dialéctica de la literatura, a partir de dos planteamientos fundamentales: en primer lugar, desde la tradición de estudios literarios que se desarrolla en el mundo hispanogrecolatino, en que se forma el autor, y, en segundo lugar, desde una reinterpretación de varias metodologías y corrientes interpretativas, dadas en el ámbito de la Historia del pensamiento y de la Teoría de la Literatura, muy influyentes desde la Edad Contemporánea hasta nuestros días. Éstas son las dos vertebraciones esenciales de la obra que aquí publicamos. 

Desde la primera de estas orientaciones se ha construido una teoría literaria que emerge del Hispanismo, frente a las aberraciones del mundo académico anglosajón y su preceptiva posmoderna —a la que me enfrento—, la cual se desarrolla en la medida en que la literatura, su historia y su contenido, desaparecen sin consecuencias ni respuestas, disueltas en una idea inane y absurda de cultura, como placenta de ideologías e imperativos morales y políticos en los que naufragan y fracasan las democracias occidentales. Desde la segunda de estas vertebraciones, se ha sistematizado una nueva y original Teoría de la Literatura, a partir de una reinterpretación de teorías literarias históricas y de corrientes filosóficas contemporáneas, siempre desde las exigencias de la propia literatura, y nunca para subordinar la literatura a las exigencias de filosofías, religiones o ideologías políticas, ni de otras teorías literarias ajenas a la literatura misma y a la interpretación crítica del racionalismo literario. 

Siempre he tratado de preservar a la literatura de sus cuatro principales adversarios históricos: el fundamentalismo religioso, el fundamentalismo filosófico, el fundamentalismo científico y —el más actual y reciente— el fundamentalismo político. Los santos padres de la Iglesia, el divino Platón, el positivismo decimonónico y el cientifismo contemporáneo, así como el absolutismo posmoderno con toda su propaganda ideológica globalizante, han sido siempre enemigos muy hostiles de la literatura, y todos y cada uno de ellos la han combatido desde formas y procedimientos tan diferentes y perversos como sutiles, nefarios y hasta patibularios.

Y no tengo nada más que añadir, salvo proceder a la exposición de esta obra, que aquí publico como lo que es: un tratado de investigación científica, crítica y dialéctica sobre los fundamentos, desarrollos y posibilidades del conocimiento racionalista de la literatura.


Jesús G. Maestro 

Gijón —España—, 1 de diciembre de 2016 y 1 de diciembre de 2022.



__________________________

NOTAS

[1] El nombre de Gustavo Bueno estuvo vetado en mi tesis doctoral. En lugar de las obras de Bueno, se me recomendaba leer la Teoría del conocimiento de Johannes Hessen. De este modo se proponía a un autor —naturalmente extranjero— y a una obra (en realidad un manual) —nada menos que de 1926— para introducir metodológicamente los fundamentos de una tesis de doctorado en 1992. No en vano la Crítica de la razón literaria narra el secreto a voces que ha sido la lucha —verdadera y silenciosa, y por supuesto siempre silenciada— por la libertad académica.

[2] Entre las instituciones que considero más nocivas —y perniciosas— para el desarrollo de la investigación científica en España, la ANECA ha sido, sin duda, la más importante y sobresaliente. Su disolución es absolutamente necesaria para frenar el deterioro que ha provocado en la investigación científica de la Universidad española y en la selección y promoción de su profesorado.

[3] Para una interpretación de mis ideas sobre la Universidad, véanse los capítulos titulados «El silencio de la democracia ante la destrucción posmoderna de la Libertad de Cátedra en la Universidad actual» (V, 4.7) y «Diatriba contra la Universidad actual» (V, 4.6).







Información complementaria


⸙ Referencia bibliográfica de esta entrada

  • MAESTRO, Jesús G. (2017-2022), «Proemio», Crítica de la razón literaria: una Teoría de la Literatura científica, crítica y dialéctica. Tratado de investigación científica, crítica y dialéctica sobre los fundamentos, desarrollos y posibilidades del conocimiento racionalista de la literatura, Editorial Academia del Hispanismo (Presentación, I, 1), edición digital en <https://bit.ly/3BTO4GW> (01.12.2022).


⸙ Bibliografía completa de la Crítica de la razón literaria



⸙ Glosario 



⸙ Enlaces recomendados
 

⸙ Vídeos recomendados


Emilio Nieto Costas, maestro de Jesús G. Maestro






Presentación de la obra de Jesús G. Maestro,
Crítica de la razón literaria,
en el Club de Prensa Asturiana, La Nueva España,
bajo el patrocinio de la Fundación Gustavo Bueno,
con Gustavo Bueno Sánchez





Presentación de la obra de Jesús G. Maestro,
Crítica de la razón literaria,
en la Universidad de Vigo,
Facultad de Filología y Traducción,
con Carmen Becerra





Presentación de la obra de Jesús G. Maestro,
Crítica de la razón literaria,
en la Universidad de Lérida,
con Ramón de Rubinat





*     *     *






Jesús G. Maestro





I, 2 - Exergos


Crítica de la razón literaria

 
Una Teoría de la Literatura científica, crítica y dialéctica

Tratado de investigación científica, crítica y dialéctica sobre los fundamentos, desarrollos y posibilidades 
del conocimiento racionalista de la literatura 

Editorial Academia del Hispanismo, 2017-2022. 
Décima edición digital definitiva. 
ISBN 978-84-17696-58-0

Jesús G. Maestro
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Índices





Exergos


Presentación, 2 


Debe lucharse con todo el razonamiento contra quien, 
suprimiendo la ciencia, el pensamiento y el intelecto, 
pretende afirmar algo, sea como fuere. 

Platón
(Sofista, 249c)

 

 

Ha de considerarse que no hay cosa más difícil de emprender,
ni de resultado más dudoso, ni de más arriesgado manejo,
que ser el primero en introducir nuevas disposiciones.
Porque el introductor tiene por enemigos a todos los que se benefician de las instituciones viejas,
y por tibios defensores a todos aquellos que se benefician de las nuevas,
tibieza que procede, en parte, de la incredulidad de los hombres,
y quienes no creen de verdad en cosa alguna nueva hasta que la ratifica una experiencia firme.

 

Nicolás Maquiavelo

(El Príncipe, IV, 1513/1976: 54).

 

 

No presumo de haber encontrado la mejor de todas las filosofías,
pero sí sé que conozco la verdadera, y si me preguntas que cómo lo sé,
te responderé que del mismo modo que tú sabes que los ángulos de un triángulo valen dos rectos.

Baruch Spinoza a Albert Burgh
(Epístola lxxvi[1], La Haya, 1675).

 

 

No [...] dejaré de decir lo que [...] la razón me muestra, 
antes que aquello a que la pasión me incita...

Miguel de Cervantes, 1585.
(La Galatea, III).

 

 

Hagan todos lo que quisieren de mi libro,
pues yo he dicho lo que he querido de todos.

Francisco de Quevedo
Sueños (1627/1984: 75).

 


Este pretendido conocimiento se ha atribuido, no obstante, el nombre de filosofía
y nada ha alcanzado mayor éxito cerca de los talentos y caracteres superficiales,
nada que acojan con más entusiasmo que esta doctrina de la impotencia de la razón,
por la cual su propia ignorancia y nulidad adquieren importancia
y vienen a ser como el fin de todo esfuerzo y de toda aspiración intelectual.
Que el conocimiento de la verdad nos es rehusado
y que lo que nos es dado a conocer es el ser contingente y fenoménico;
ved la doctrina que ha hecho y que hace siempre ruido
y que tiene hoy, como quien dice, en filosofía, vara alta.
Se puede decir que nunca [...] se había presentado la filosofía bajo un aspecto tan vergonzoso,
porque jamás una doctrina tal, un tal abandono del conocimiento racional,
había alcanzado proporciones tales ni se había mostrado con igual arrogancia [...].
Por mi parte, sostengo que la filosofía tiene un objeto, un contenido real,
y este contenido es el 
que quiero exponer a vuestra vista. 

G. W. F. Hegel

Discurso pronunciado
el 22 de octubre de 1818,
en la apertura del curso académico de la
Universidad de Berlín.

 


La literatura es una materia
que puede y debe sin duda ser analizada mediante conceptos.

Gustavo Bueno
(«Sobre el análisis filosófico del Quijote», 2007: 150).




NOTAS

[1] Numeración epistolar de acuerdo con la edición de Carl Gebhardt, citada en la bibliografía final (Spinoza, 1924: IV, 316).







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⸙ Referencia bibliográfica de esta entrada

  • MAESTRO, Jesús G. (2017-2022), «Exergos», Crítica de la razón literaria: una Teoría de la Literatura científica, crítica y dialéctica. Tratado de investigación científica, crítica y dialéctica sobre los fundamentos, desarrollos y posibilidades del conocimiento racionalista de la literatura, Editorial Academia del Hispanismo (Presentación, I, 2), edición digital en <https://bit.ly/3BTO4GW> (01.12.2022).


⸙ Bibliografía completa de la Crítica de la razón literaria

I, 3 - Agradecimientos


Crítica de la razón literaria
 
Una Teoría de la Literatura científica, crítica y dialéctica

Tratado de investigación científica, crítica y dialéctica sobre los fundamentos, desarrollos y posibilidades 
del conocimiento racionalista de la literatura 

Editorial Academia del Hispanismo, 2017-2022. 
Décima edición digital definitiva. 
ISBN 978-84-17696-58-0

Jesús G. Maestro
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Agradecimientos

Presentación, 3



A quien, por sus obras, los merezca.


Jesús G. Maestro







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⸙ Referencia bibliográfica de esta entrada

  • MAESTRO, Jesús G. (2017-2022), «Agradecimientos», Crítica de la razón literaria: una Teoría de la Literatura científica, crítica y dialéctica. Tratado de investigación científica, crítica y dialéctica sobre los fundamentos, desarrollos y posibilidades del conocimiento racionalista de la literatura, Editorial Academia del Hispanismo (Presentación, I, 3), edición digital en <https://bit.ly/3BTO4GW> (01.12.2022).


⸙ Bibliografía completa de la Crítica de la razón literaria



⸙ Glosario 



⸙ Enlaces recomendados 



⸙ Vídeos recomendados



Enrique Granados, Cartas de amor.
Valses íntimos, 1. Cadencioso.
Piano, Jesús G. Maestro




I, 4 - Prólogo a la edición impresa de la Crítica de la razón literaria


Crítica de la razón literaria

 
Una Teoría de la Literatura científica, crítica y dialéctica

Tratado de investigación científica, crítica y dialéctica sobre los fundamentos, desarrollos y posibilidades 
del conocimiento racionalista de la literatura 

Editorial Academia del Hispanismo, 2017-2022. 
Décima edición digital definitiva. 
ISBN 978-84-17696-58-0

Jesús G. Maestro
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Prólogo a la edición impresa


Presentación, 4


El título de esta obra no pretende ser una mera perífrasis kantiana. Quien lo interprete retóricamente en esa dirección seguirá, con fácil simpleza, caminos errados. Y tópicos. El título de esta obra es la designación de un método de interpretación rigurosamente racionalista de los materiales literarios. Es la exposición de una crítica de la razón de ser y de estar de una teoría de la literatura construida, simultáneamente, desde la tradición literaria hispanogrecolatina y desde una reinterpretación muy crítica del pensamiento de Gustavo Bueno, es decir, un sistema literario, en suma, destinado a la interpretación científica, crítica y dialéctica de la literatura, desde unos postulados fundamentales y a través de una definición explícita —¿qué es la literatura?—, una genealogía (teoría sobre el origen de la literatura), una ontología (autor, obra, lector e intérprete o transductor), una gnoseología (teoría del conocimiento científico de la literatura), una teoría de la ficción, una genología (teoría de los géneros literarios) y una Literatura Comparada. Evidentemente, esta perspectiva no es kantiana, pues, aunque sea racionalista, no es idealista, sino materialista. Tampoco será marxista —conviene advertirlo lo antes posible para evitar malentendidos—, pues, aunque sea materialista y racionalista, no es monista ni utópica, sino que se basa en el principio de symploké. Y tampoco es buenista —algo que sorprenderá a algunos lectores, que en lugar de haber leído esta obra tocan de oído su partitura—, pues la Crítica de la razón literaria contiene y desarrolla una reinterpretación crítica del materialismo filosófico desde las exigencias de la literatura, y no una interpretación de la literatura desde las exigencias del materialismo filosófico. Esta perspectiva, indudablemente, es —entre otras muchas razones con las que el lector se irá encontrando— una heterodoxia platónica, aristotélica, espinosista, hegeliana y también buenista. Pero es sobre todo una perspectiva implicada en la literatura, es decir, orientada a explicar la literatura desde las exigencias de la literatura misma, y no desde la subordinación de la interpretación literaria a cualesquiera ciencias o sistemas ajenos a la propia literatura, por muy sofisticados o atractivos que resulten para el análisis y la explicación de cualesquiera realidades.

Esta obra se articula como una trilogía, cuyas tres partes nucleares —al margen de sus correspondientes preámbulos (Presentación y Prolegómenos) y epílogos (Apostillas, Glosario, Bibliografía, Videoteca y Antología de textos literarios)— disponen, bajo el título general de Crítica de la razón literaria, una interpretación racionalista, científica, crítica y dialéctica de la literatura, en tres órdenes principales:

 

          1. Primera parte: la Crítica de la razón literaria como Teoría de la Literatura.

          2. Segunda parte: la Crítica de la razón literaria como Crítica de la Literatura.

          3. Tercera parte: la Crítica de la razón literaria como Dialéctica de la Literatura.

 

Se observará, pues, que cada una de las tres partes se singulariza por una forma específica de ejercer y demostrar el racionalismo literario, y se orienta hacia objetivos concretos y claros:

 

I. Razón teórica: la Teoría de la Literatura como ciencia de los materiales literarios, cuyo objetivo es la sistematización de los conceptos científicos fundamentales que hace posible la interpretación de la literatura. 

II. Razón crítica: la Crítica de la Literatura como filosofía de la literatura, cuyo objeto es la interpretación de las ideas objetivadas formalmente en los materiales literarios.

III. Razón dialéctica: la Crítica de la razón literaria como Teoría de la Literatura enfrentada dialécticamente a otras teorías literarias presentes y pasadas.

 


I


La primera parte, la Crítica de la razón literaria como Teoría de la Literatura, fundamenta la razón teórica de la interpretación literaria a lo largo de 8 capítulos, dedicados a las siguientes cuestiones:


          1) Postulados fundamentales de la Teoría de la Literatura.

          2) Definición de literatura.

          3) Genealogía u orígenes de la literatura.

          4) Ontología o materiales esenciales de la literatura.

          5) Gnoseología o teoría del conocimiento literario.

          6) Ficción literaria.

          7) Genología o teoría de los géneros literarios.

          8) Literatura Comparada.

 


II


La segunda parte, la Crítica de la razón literaria como Crítica de la Literatura, expone la razón crítica de la interpretación literaria a lo largo de 4 capítulos, organizados conforme a los cuatro tipos esenciales de literatura, genealógicamente desarrollados a lo largo de la Historia:

 

          1) Crítica de la literatura primitiva o dogmática.

          2) Crítica de la literatura crítica o indicativa.

          3) Crítica de la literatura programática o imperativa.

          4) Crítica de la literatura sofisticada o reconstructivista.

 

Se desarrolla así una demostración práctica, sobre materiales literarios concretos (autores, obras, lectores e intérpretes), de cómo se ejerce la crítica literaria según la Crítica de la razón literaria previamente expuesta como Teoría de la Literatura.

 


III


La tercera parte, la Crítica de la razón literaria como Dialéctica de la Literatura, expone la razón dialéctica de la interpretación literaria, en 7 capítulos, a lo largo de los cuales se despliega una crítica sistemática contra determinadas teorías literarias contemporáneas, en particular contra las pseudoteorías literarias posmodernas, sus limitaciones y deficiencias.

 

         1) Dialéctica de conceptos.

         2) Dialéctica de ideas.

         3) Dialéctica de teorías.

         4) Dialéctica de interpretaciones.

         5) Dialéctica de los géneros literarios en el Quijote.

         6) Dialéctica entre ciencia e ideología.

         7) Dialéctica entre política y literatura.

 


§

Cómo citar esta obra en internet


La Crítica de la razón literaria puede citarse según un sistema universal que responde a la siguiente fórmula: numeración romana, seguida de coma y de dos guarismos árabes, separados estos últimos por un punto (por ejemplo: I, 4.8). 

El número romano identifica cada uno de los 10 bloques en que se organiza la obra: 


VII. Epílogo.


A todas estas secciones se añade una Antología de textos literarios, a la que se accede desde cada una de las entradas de la obra que se sirven de citas literarias para ejemplificar la teoría que se expone.

El primer guarismo árabe identifica los capítulos integrados en cada uno de los 3 bloques (por ejemplo: I, 2. II, 7. III, 5, etc.). El segundo guarismo árabe identifica los epígrafes en que se subdivide cada uno de los capítulos constituyentes de cada uno de los 3 bloques principales (por ejemplo: I, 2.5. II, 7.6. III, 5.10, etc.).



§


Y una cuestión de principio, no apta para talentos sensibles. Esta obra no se ha escrito porque su autor pretenda optar a nada. El autor no tiene ningún objetivo ni ningún interés en el mundo académico, universitario o gremial actualmente institucionalizado en diferentes ámbitos. Si ésa fuera su pretensión, en lugar de haber elaborado este libro habría dedicado su tiempo a hacer labores de pasillo y de intriga universitaria, las actividades más y mejor valoradas y recompensadas, hoy y siempre, en la actual universidad española, europea y americana (sobre todo en esta última, tan jactanciosa a la hora de anunciar al mundo lo mucho que en ella se trabaja: una gran patraña). No, este libro no se escribe para dignificar a ninguna Universidad, ni para anunciar en sus páginas iniciales el agradecimiento a una institución pública o privada, estatal o gremial, que haya aportado dinero o subvenciones contributivas a su posible elaboración o publicación. Ninguna institución, ni pública ni privada, ni ningún proyecto de investigación de ningún ministerio estatal, ni de ninguna consejería provincial o nacionalista (según se mire la geografía subestatal de cada territorio), ni ningún grupo económico, ni financiero, ni industrial, ni religioso, ni ideológico, ni políticamente correcto, ha sido solicitado ni requerido por el autor para auxiliar de ningún modo el proceso de elaboración ni de publicación de este libro. El autor no quiere contraer deudas indeseadas. Ni trato alguno con acreedores o explotadores profesionales de mecenazgos. Ni vínculos ni relaciones con ningún tipo de ámbito político ni grupo ideológico. Este libro tiene como objetivo algo muy simple: construir una Teoría de la Literatura destinada a la interpretación científica, crítica y dialéctica de la literatura, dado que en la actualidad no existe ninguna que el autor considere suficientemente solvente. En lugar de teorías literarias, lo que el lector interesado encuentra es ideología y psicologismo, o simplemente, tropología rupestre y necedades nutridas de miseria. Eso ha sido y es esencialmente la posmodernidad: farsa, nulidad y nesciencia. Contra la tiranía académica y anticientífica de ese tercer mundo semántico se ha escrito —entre otras razones y motivos— la Crítica de la razón literaria.


 

§

 

Esta obra, Crítica de la razón literaria, se escribe y publica en una época en la que se ultima la destrucción —sistemática e irreversible— del conocimiento históricamente institucionalizado en las Universidades y en las estructuras institucionales del Estado contemporáneo.

Es muy cierto que el conocimiento históricamente organizado y administrado desde las Universidades fue siempre muy discutible, pero era, hasta hoy al menos, el medio del que disponían los seres humanos para educarse científicamente más allá de su adolescencia. En nuestros días ya no es posible: la Universidad no es en estos momentos una institución científica, sino ideológica, degenerada y corrupta. Por razones que se explican en diferentes capítulos de esta obra[1], la Universidad ha reemplazado la ciencia por la ideología, y se ha inhabilitado a sí misma, especialmente en todo lo relacionado con las tradicionales «ciencias humanas», para el ejercicio del conocimiento y la investigación. Ciencia y docencia no tienen ya cabida ni sentido en los modelos actuales de Universidad, una institución cuyo fin de hecho es la propaganda, el entretenimiento y la disimulación del fracaso de una sociedad política que todavía hace posible su existencia —necrótica— como presuntos centros educativos o investigadores[2].

¿Durante cuánto tiempo podrá sostenerse esta farsa? Lo ignoro. Imagino que mientras se disponga de dinero para subvencionar su puesta en escena. Ahora bien, ¿cómo puede sobrevivir la educación científica en un mundo gobernado por la ideología, incluso en sus instituciones académicas y universitarias? ¿Cómo contribuir al desarrollo efectivo del conocimiento, si las instituciones que deben ampararlo y desarrollarlo, como es el caso de la Universidad, renuncian a él de forma explícita?

 

 

§

 

Esta obra se publica en uno de los momentos más depresivos de la historia académica contemporánea. Lo sabemos. Supusimos, equivocadamente en un principio, que tendría más enemigos que lectores, pero no fue así: esta obra tuvo un éxito impresionante tras su publicación en 2017, que se tradujo en una difusión inmediata en la sociedad y en el mundo académicos, con interminables debates en internet y redes sociales, con más de 9 ediciones en menos de 5 años, con la celebración de múltiples congresos y cursos universitarios dedicados a su interpretación, y un creciente repertorio de publicaciones, entre libros, artículos y tesis doctorales, de jóvenes investigadores interesados en el desarrollo de esta nueva metodología. Resultado de este éxito editorial, académico e investigador fue la creación de la Cátedra Hispánica de Estudios Literarios, y de su Escuela homónima, entre cuyos fines está la preservación y difusión de un espacio académico destinado al estudio de la Crítica de la razón literaria y sus consecuencias en la interpretación de la literatura.

Ocurre, precisamente, que desde finales del siglo XX la interpretación de la literatura refleja ante todo un agotamiento de la posmodernidadA la interpretación posmoderna de la literatura se enfrenta sin rodeos la Crítica de la razón literariaLa presunta crítica a la metamorfoseada herencia de la Ilustración no ofrece nada nuevo desde hace lustros, acaso décadas. La teoría literaria difundida durante los últimos años se manifiesta como un estertor de la retórica posmoderna, que nos sitúa una y otra vez en el mismo callejón sin salida. Las musas de la ira parecen haber conducido la investigación sobre literatura, cultura, problemas intelectuales y políticos, hacia una guerra ideológica hoy completamente improductiva— contra la imagen de Occidente. El problema de los falsos problemas es que exigen soluciones también falsas.

Este libro expone, contra el agotamiento de lo que podría denominarse el discurso de las musas de la ira, cuyo origen más decisivo encontramos en la obra de Rousseau[3], y que constituye una de las dimensiones medulares de la retórica posmoderna contemporánea, expone ―digo― una Teoría de la Literatura basada en la Crítica de la razón literaria, como sistema científico, crítico y dialéctico de interpretación de la literatura.

La presente obra se convierte de este modo, y de forma específica, en una Teoría de la Literatura de naturaleza racionalista, científica, crítica y dialéctica, cuyo fin es la interpretación de los conceptos y las ideas objetivados formalmente en los materiales literarios (autor, obra, lector y transductor). La Teoría de la Literatura es, en suma, el conocimiento científico de estos materiales literarios, del mismo modo que la Crítica de la Literatura es el conocimiento filosófico de esos mismos materiales. Y el fin de ambas es demostrar que la literatura es inteligible, es decir, algo superior e irreductible a lo meramente sensible. No por casualidad el mundo social, cultural y político anglosajón ha reducido la literatura a sentimiento, sensación y sensibilidad, esto es, a aisthesis o estética, con frecuencia bajo el formato de las más extremas formas de cursilería y memez. La estética anglosajona suplanta en la posmodernidad a la poética hispanogrecolatina.

Sabido es que la Crítica de la razón literaria se hace eco de uno de los postulados de Bachelard, actualizado por Bueno, según el cual pensar e interpretar es pensar e interpretar contra alguien. Dime qué piensas, y te diré contra quién lo haces. Se considerará, pues, que la dialéctica está en la base de todo pensamiento crítico y, por lo tanto, racionalista. La dialéctica es más importante que el diálogo, porque desde todos los puntos de vista aquélla presupone a éste, lo engloba y lo hace progresar. En consecuencia, no se buscará aquí el consenso, sino la crítica. El diálogo no es suficiente. Habermas siempre ha sido una caricatura, jibarizada, de Marx. La Crítica de la razón literaria exige la dialéctica.

Hoy la interpretación literaria se expone con frecuencia como una idealización semántica de sus referentes, aquellos términos a los que apelan las obras de arte, cuando en realidad debe ser una materialización pragmática y crítica de sus ideas, esto es, de las ideas que hacen posible el adecuado progreso de la vida humana. El mundo sigue exigiendo transformaciones, y no sólo interpretaciones. Y para transformar la realidad, incluso simplemente para habitarla, es imprescindible conocer los hechos que la sustentan y hacen posible. Negar los hechos supone extraviar toda interpretación ulterior. Nuestro objetivo no es la ideología, sino la política; no es la fe, sino la razón; no son los dioses, sino los seres humanos; no son los salvajes o bárbaros, sino las personas civilizadas; no es la religión, sino la filosofía crítica; no es la opinión, sino la ciencia; no es el dogma, sino la dialéctica. No hablaremos de emociones, ni de estados de ánimo, ni tampoco de derechos ni utopías. El lector no tiene en sus manos un catecismo, ni un manual pedagógico, ni tampoco un código penal. Éste es un libro crítico sobre literatura y sobre teoría y crítica de la literatura. La ciencia no es democrática. No es la mayoría de la ciudadanía elegida quien decide cuántas valencias tiene el benceno, cuántas sílabas métricas constituyen un endecasílabo, o cuántos sostenidos componen la tonalidad de Re Mayor. La ciencia tampoco puede usarse como signo de algo irreal. El pensamiento científico no es soluble en la corrección política y ni en sus imperativos contemporáneos.

La exposición de la Crítica de la razón literaria como Teoría de la Literatura se desarrolla aquí a lo largo de 8 capítulos, que constituyen las áreas esenciales de este sistema de interpretación, al que está dedicado el primer bloque del libro, la denominada Parte I o racionalismo teórico.

1. En primer lugar, se exponen sus Postulados fundamentales, que son el racionalismo, la crítica, la ciencia, la dialéctica y la symploké. Al margen de estos principios, la interpretación literaria suele devaluarse en una retórica acrítica, descriptiva y doxográfica.

2. En segundo lugar, se ofrece una delimitación precisa de la Idea y concepto de literatura, desde la tetralogía espacial de la Crítica de la razón literaria: el espacio antropológico, el espacio ontológico, el espacio gnoseológico y el espacio poético o estético.

3. En tercer lugar, se expone una Genealogía de la literatura, donde se sintetiza el origen, concepción y génesis de lo que la literatura es, a través de las cuatro estructuras o familias literarias fundamentales: la literatura primitiva o dogmática, la literatura crítica o indicativa, la literatura programática o imperativa y la literatura sofisticada o reconstructivista.

4. En cuarto lugar, se da cuenta de una Ontología de la literatura, fundamentada en una crítica de los cuatro materiales literarios efectivamente existentes: el autor, la obra literaria, el lector (quien interpreta para sí) y el crítico, intérprete o transductor (quien interpreta para los demás). Queda de este modo planteado el cierre categorial de la Teoría de la Literatura.

5. En quinto lugar, se justifica una Gnoseología de la literatura, es decir, un conocimiento de los materiales literarios basado en criterios que toman como referencia la conjugación entre forma y materia, frente a los tradicionales estudios epistemológicos ―e idealistas―, que se basan acríticamente en la oposición sujeto / objeto. La gnoseología de la literatura examina las posibilidades y condiciones de formalizar la crítica de los materiales literarios justificando de este modo su cierre categorial.

6. En sexto lugar, se define el Concepto de ficción en la literatura, a partir de las nociones de existencia estructural y existencia operatoria, para concluir en que la ficción literaria es fundamentalmente una materia carente de existencia operatoria.

7. En séptimo lugar, se sistematiza una Genología de la literatura, es decir, una teoría crítica de los géneros literarios, donde se delimita el concepto de género en la investigación literaria, a partir de la teoría de las esencias plotinianas frente a la teoría de las esencias porfirianas, que es la tradicionalmente seguida ―por Aristóteles y por Hegel―, sin apenas crítica alguna que cuestione sus fundamentos y aplicaciones.

8. En octavo y último lugar, se examina la Idea, concepto y método de la Literatura Comparada, a partir de la figura gnoseológica de la relación de materiales literarios, como criterio y pauta metodológica fundamental en el ejercicio de esta disciplina. Aquí se dará cuenta, entre otras cuestiones, de la crítica de los metros, prototipos, paradigmas y cánones literarios.

A esta Parte I, o racionalismo teórico, siguen las partes II (racionalismo crítico) y III (racionalismo dialéctico), dedicadas respectivamente a la exposición de las demostraciones críticas y dialécticas de la Crítica de la razón literaria como Teoría de la Literatura, mediante el desarrollo de investigaciones referidas a obras, autores y materiales de máxima importancia y referencia en la interpretación literaria.

El conjunto de estas contribuciones da lugar a un sistema de pensamiento interpretativo y crítico destinado al examen racionalista de la literatura y sus materiales. El fin del arte es, en suma, la interpretación humana y normativa. Sin pautas de interpretación ―sin criterios― no es posible ejercer la crítica literaria. Se ofrece de este modo una obra declaradamente crítica y conscientemente diferente, una obra heterodoxa que tendrá que abrirse camino por sí misma, a través de una sociedad peligrosamente próxima a un «tercer mundo semántico», y en medio de una época que valora más la ideología que la ciencia, que está más seducida por la fe que por la razón, que prefiere la protesta escenificada a la crítica efectiva, que vive sin oasis en el espejismo del desierto, y que sobrevive extraviada ―y sin querer asumirlo― en el cultivo del autoengaño y la autocensura.

Vivimos en una sociedad que se esfuerza extraordinariamente en reprimir la más importante de las cualidades humanas: la razón. Nuestra época permite superar los mitos freudianos. Si antaño la razón se malinterpretaba como instrumento o sujeto de represión, hoy sin duda es el principal objeto de represión. La nostalgia de la barbarie, junto con la reconstrucción de formas primitivas y neomíticas de vida, es hoy la más potente fuente represora del racionalismo humano. Rousseau, Nietzsche y Freud han sufrido una amarga eversión, que la mayor parte de sus apologetas sigue ignorando.

Este libro diseña una línea de pensamiento crítico y literario contraria a los enemigos del racionalismo, en relación dialéctica contra las musas de su ira.

 

 

§

 

Ha de insistirse en que la mayor parte de las teorías literarias desarrolladas en las últimas décadas no se ha enfrentado nunca directamente con la totalidad de los materiales literarios. A veces no se ha enfrentado ni siquiera a materiales literarios. Y en muchos casos no sólo no se han enfrentado entre sí, como sistemas de interpretación literaria, sino que simplemente se ignoran de forma mutua y absoluta. Es decir, no ejercen ni la crítica ni la dialéctica. En la mayoría de los casos, son teorías literarias ablativas, que cercenan o amputan partes esenciales de los materiales literarios, como la ficción, o incluso materiales literarios completos, como el autor o el intérprete. En otros casos, se trata abiertamente de teorías literarias que se relacionan entre sí sin relacionarse con la literatura.

De un modo u otro, la actividad académica, tanto en España como fuera de España —pese a la ceguera y silencio de los españoles ante lo que ocurre en las universidades extranjeras— ha sido y es muy endogámica. La Universidad es endogámica por naturaleza y esencia. Este hecho limita y empobrece toda posible investigación. El trabajo verdaderamente original siempre ha sido obra individual y poco o nada ha tenido que ver con la Universidad y su pompa. El diálogo universitario con la crítica —siempre aparente— sólo se produce cuando los interlocutores han asegurado previamente su propia endogamia, es decir, cuando se han cerciorado de que ninguna crítica verdadera les será planteada. El resultado es siempre una interpretación literaria o no, pues cualquier cosa vale— muy endonímica. De hecho, la mayor parte de las denominadas teorías de la literatura ni siquiera son teorías. Se han gestado en el desconocimiento de la dialéctica e ignoran incluso la esencia misma del contraste y de la crítica. En el mejor de los casos, algunas de ellas suelen ser —simplemente— publicidad. Siempre al servicio de determinadas ideologías.

Pero en el gremio de los «teóricos» de la literatura se habla endonímicamente de teorías literarias, aunque la mayor parte de ellas no resistirían ni una sola crítica gnoseológica. Exonímicamente, es decir, interpretadas desde fuera de ese gremio, la mayor parte de esas supuestas teorías no son sino ideologías y retóricas gregarias que, por diversas circunstancias acríticas, se han implantado en los medios académicos. Muchas de estas corrientes retóricas son de importación. En España, tras la estilística de Dámaso Alonso, no es posible reconocer a nadie que haya construido una Teoría de la Literatura digna de este nombre. Y advierto que no conviene confundir la construcción de una teoría literaria original con la importación española de teorías literarias extranjeras, de manufactura eslava, francesa, alemana o angloamericana. Incluso la propia estilística española de los Alonso hunde sus raíces en el psicologismo de la filología alemana decimonónica. Mis colegas deben reconocerlo: se han dedicado masivamente, durante décadas, al cultivo y reproducción de teorías literarias importadas, traducidas, citadas y recitadas una y otra vez. ¿Dónde está la originalidad?

En realidad, muchas de estas teorías o pseudoteorías literarias, particularmente desarrolladas en el teoreticismo y el formalismo del siglo XX, y derivadas de sus consecuencias más idealistas, han circulado en una suerte de limbo hipertextual cuya relación con los materiales literarios ha sido, las más de las veces, nula. Este tipo de retórica pseudoliteraria, en sus manifestaciones más extremas, acaba por ser una retórica —francamente cursi en muchas ocasiones— de culturas, ideologías o identidades gremiales, cuyos contenidos, cuando resultan legibles, son por completo estériles para la literatura, el lenguaje y el conocimiento humano. A nadie sorprende, aunque nadie lo critica ni cuestiona, el hecho de que actualmente las corrientes «teórico-literarias», así como los discursos a través de los cuales se manifiestan y transmiten, exijan la adhesión ideológica de quienes las utilizan, de modo que es necesario ser mujer para ejercer la «teoría literaria» feminista, etc. Pensemos en el disparate que supondría exigir a un médico que fuera mujer para ejercer la obstetricia y la ginecología.

Dos hechos determinan hoy el futuro de la interpretación de la literatura: 1) el idealismo irracionalista dominante en los estudios literarios actuales frente a un racionalismo crítico cada día más alejado de las instituciones académicas (biocenosis literaria), y 2) la disolución científica y descomposición institucional de los sistemas universitarios (necrosis académica).

Estos hechos constituyen los dos tumores fundamentales de la investigación literaria actual. Ambas tendencias se mantienen de forma muy rentable y muy potente, por razones ideológicas, burocráticas y mercantiles, en nuestro más inmediato mundo contemporáneo y posmoderno.

La Universidad es, de hecho, un submundo aislado del mundo.

Hoy las Ciencias, si pretenden sobrevivir, han de enfrentarse a las ideologías y a las culturas. Dos términos que son caras de la misma moneda. A diferencia de lo que ocurría en pasados siglos, cuando las religiones y las creencias fideístas monopolizaban —y cercenaban— la actividad investigadora, hoy son las culturas y las ideologías las que ejercen ese poder represor e involucionista. Transitamos tiempos en los que el irracionalismo de culturas e ideologías reprime y subvierte el racionalismo de las Ciencias y de las Filosofías. En este contexto, la Literatura sólo resultará legible, es decir, sólo sobrevivirá como tal, si sus intérpretes son racionales. Y poderosos. De nada sirve la razón sin un poder político y económico que la haga efectiva. Una razón débil no es una razón práctica. No basta disponer de una razón teórica: saber razones exige saber disponer de una razón práctica. Y dialéctica. El triunfo del irracionalismo es el fin de la Literatura y de sus posibilidades y condiciones de interpretación. El triunfo del irracionalismo es, también, el fin del género humano. No es posible sobrevivir de espaldas a la razón.


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NOTAS

[1] Vid. especialmente los capítulos III, 5.1.3 y V, 6.5, dedicados respectivamente a la constitución de las ciencias contemporáneas y al estado actual de la Universidad.

[2] Me permito citar las siguientes palabras de María Elvira Roca Barea, autora del libro Imperiofobia y leyenda negra (2016): «Siempre ha habido analfabetos, pero ahora salen de las universidades».

[3] Vid. a este respecto la obra de González Cortés, El espejismo de Rousseau. El mito de la posmodernidad (2011), cuya lectura ha inspirado precisamente esta metáfora de genitivo ―las musas de la ira―, tan representativa de las raíces del pensamiento posmoderno, y de la que me serví precisamente en uno de mis libros anteriores sobre Teoría de la Literatura (Maestro, 2014).






Información complementaria


⸙ Referencia bibliográfica de esta entrada

  • MAESTRO, Jesús G. (2017-2022), «Prólogo a la edición impresa», Crítica de la razón literaria: una Teoría de la Literatura científica, crítica y dialéctica. Tratado de investigación científica, crítica y dialéctica sobre los fundamentos, desarrollos y posibilidades del conocimiento racionalista de la literatura, Editorial Academia del Hispanismo (Presentación, I, 4), edición digital en <https://bit.ly/3BTO4GW> (01.12.2022).


⸙ Bibliografía completa de la Crítica de la razón literaria