Una Teoría de la Literatura científica, crítica y dialéctica
del conocimiento racionalista de la literatura
Los Cuentos de Canterbury (1400), de Geoffrey Chaucer.
Libertades luzbelinas en el mundo anglosajón
Referencia VI, 15.6
⏩ Los más valiosos escritores ingleses son los más próximos a la influencia de la Europa continental y meridional, concretamente, los mejor formados en la tradición grecolatina y española. Hablo, respectivamente, de Geoffrey Chaucer y William Shakespeare. Me ocupare ahora sólo del primero.
⏩ La mayor
parte de la literatura, especialmente la literatura crítica o indicativa, nos
muestra algo importante: quien no vive en el desengaño de la apariencia vive en la ignorancia de la realidad. La incorporación a la literatura de prototipos
humanos, implicados directamente en actividades y profesiones exigidas por las
formas de vida que surgen con la constitución y desarrollo de los Estados
modernos, confiere voz pública y crítica a aspectos y dimensiones vitales hasta
entonces silenciados y, francamente, insólitos, en todas las artes.
Particularmente, en el arte de la literatura, cuya originalidad ha delatado
siempre las propiedades más singulares de cada época.
⏩ En primer
lugar, no sólo porque el protagonismo de los hechos literarios se desplaza de
la aristocracia al resto de la población, en especial a las clases burguesas,
clericales y plebeyas, sino porque, en segundo lugar, este despliegue de
figuras y personalidades, lejos de respetar el decoro exigido por la literatura
antigua y clásica, irrumpe, con voz propia y desengañada, en los géneros no
intervenidos directamente por la poética tradicional. La voz del pueblo no es
idealista. Nunca lo fue. Ni lo será. El pueblo vive siempre demasiado cerca de
la realidad como para permitirse idealismos varios y contextos vitales
fraudulentos. El pobre sabe que no puede jugar con fuego. Digiere mal la democracia que le ofrecen y diseñan las clases amigas del comercio y aliadas del dinero.
Cosa muy distinta es que las élites de la Edad Contemporánea hayan convertido
al pueblo, bien en un espíritu ideal y enajenante ―una suerte de Volksgeist teledirigido―,
bien en un conjunto de masas organizadas ―o desorganizadas― en nombre de tales
o cuales prejuicios y consignas. Sin embargo, a finales del siglo XIII,
aristocracia y burguesía, clero y plebe, conviven desde las irregulares
postrimerías de la Edad Media en una inquietante y malévola armonía.
⏩ El
pueblo, en su incorporación a la fábula literaria, impone dos hechos
fundamentales. En primer lugar, la supresión de intermediarios entre ellos y el
lector, algo que desplaza de forma enérgica la presencia secular ―retórica y
poética― de la aristocracia: ahora la plebe habla directamente. Actúa con
palabras propias y protagoniza hechos exclusivos. Y en segundo lugar, la
implantación en la Historia de la Literatura de una experiencia fundamental: el
desengaño. Semejante desautorización del idealismo literario se instala, de
forma devastadora y creciente, en la literatura crítica o indicativa de la Edad
Moderna, mediante la combinación estridulante de un racionalismo capital ―como
los antiguos pecados― en todo cuanto se interpreta, y de una criba de valores
en todo cuanto se ejecuta y lleva a cabo, a través de un nuevo cuerpo social:
los funcionarios del Estado moderno.
⏩ El
desengaño no viaja solo. Arrastra y pone al descubierto, legitimándolas, muchas
otras actitudes y formas de conducta, desde el cinismo y la hipocresía hasta
la mentira y la complicidad, pasando por la traición política, el crimen
fratricida o la mismísima Razón de Estado. El clero cristiano, habituado a las
libertades de la Iglesia medieval, no se siente cómodo en la configuración
política del Estado moderno. No por casualidad, una parte esencial de ese
clero, nostálgico del primitivismo altomedieval, desencadenará una Reforma para
huir de la modernidad política que se avecina, y perpetuarse de este modo en un
feudalismo intempestivo, que en geografías como la alemana llegará incluso
hasta la Ilustración europea, y en territorios como Inglaterra se preservará, sui
generis, bajo la forma ―tan actual como extemporánea― del anglicanismo.
⏩ La obra
de Geoffrey Chaucer, en la culminación del siglo XIII europeo, objetiva en los Cuentos
de Canterbury ―hablamos del año 1400― todo este catálogo de nobles
sorprendentemente interactivos, de comerciantes atribulados, de funcionarios y
burócratas seguros de sí mismos, de muy variopintos hombres y mujeres de
iglesia, y por supuesto de villanos pletóricos de vida, que buscan sus
libertades personales y privilegios colectivos en el contexto político del
Estado moderno en ciernes.
⏩ Boccaccio abrió la literatura a la libertad femenina, urbana y sexual. Chaucer incorporó a estas libertades la experiencia del desengaño. El autor inglés siembra en la literatura de su lengua la figura siniestra del personaje nihilista: el personaje que niega la servidumbre a todo un orden moral trascendente y material, teológico y político. Las claves de Shakespeare están en Chaucer. En los Cuentos de Canterbury fermenta toda la ontología del teatro isabelino inglés. A Shakespeare le bastó combinar de nuevo ese conjunto de figuras luzbelinas y deseos estratégicos, desde formas originales y también consonantes con el agotamiento del anglicano Renacimiento inglés. De la comadre de Bath a Lady Macbeth… Del procaz buldero de Canterbury al latebroso Ricardo III de Inglaterra… Todos los personajes shakesperianos están engendrados en los Cuentos de Canterbury de Geoffrey Chaucer. Y en La Celestina, de Fernando de Rojas, el fundador del nihilismo en la literatura española. Shakespeare es una superfetación de Chaucer y una consecuencia grecolatina de la literatura española.
- MAESTRO, Jesús G. (2017-2022), «Los Cuentos de Canterbury (1400), de Geoffrey Chaucer. Libertades luzbelinas en el mundo anglosajón», Crítica de la razón literaria: una Teoría de la Literatura científica, crítica y dialéctica. Tratado de investigación científica, crítica y dialéctica sobre los fundamentos, desarrollos y posibilidades del conocimiento racionalista de la literatura, Editorial Academia del Hispanismo (VI, 15.6), edición digital en <https://bit.ly/3BTO4GW> (01.12.2022).
⸙ Bibliografía completa de la Crítica de la razón literaria
- Ilíada y Odisea de Homero.
- Antiguo Testamento.
- Edipo, rey de Sófocles.
- Divina commedia de Dante Alighieri.
- Decamerón de Giovanni Boccaccio.
- Cuentos de Canterbury de Geoffrey Chaucer.
- La Celestina de Fernando de Rojas.
- Gargantúa y Pantagruel de François Rabelais.
- Lazarillo de Tormes.
- Cántico espiritual de Juan de la Cruz.
- La Numancia de Miguel de Cervantes.
- Ricardo III de William Shakespeare.
- Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes.
- Fábula de Polifemo y Galatea de Luis de Góngora.
- Novelas ejemplares de Miguel de Cervantes.
- El burlador de Sevilla, atribuida a Tirso de Molina.
Los Cuentos de Canterbury de Chaucer:
entre las 30 obras más importantes de la literatura universal
Los Cuentos de Canterbury:
el Buldero y la comadre de Bath de Chaucer
* * *