Una Teoría de la Literatura científica, crítica y dialéctica
del conocimiento racionalista de la literatura
Género y sexo
Para una mente posmoderna, la palabra género —estimulada tanto oral como gráficamente por el inglés gender— será, casi en exclusiva, una invitación para pensar en el sexo.
Por si
acaso —pues todo puede suceder—, advierto al lector que aún no se haya
apercibido de que este libro, la Crítica
de la razón literaria, se refiere al género literario (III, 7) como
conjunto de propiedades características de determinados tipos o clases de
textos literarios. Es decir, no me refiero al género como término de
importación angloamericana e imperialista (gender) para apelar
eufemísticamente al sexo de los seres humanos.
El caso
de la palabra género, tan frecuente en los títulos de casi todos los libros que
hoy se publican, so capa de teoría literaria, sobre cualquier cosa, es
singularmente simpático. Penetra en español por influencia del inglés, donde
casi siempre funciona como un eufemismo puritano para evitar llamar al sexo por
su nombre, hecho que, a lo que parece, puede poner nerviosa a más de una
persona. De ahí que se use en español para hablar de «violencia de género»,
cuando en realidad esta expresión designa un hecho que sólo puede llamarse
realmente violencia contra la mujer (tema por cierto condenado en la tradición
literaria española desde el Cantar de mio Cid, cuya trama pivota
precisamente en el maltrato que los infantes de Carrión infligen en las hijas
del Cid, doña Elvira y doña Sol. El patriarcado castigaba con la pena capital
el maltrato y la afrenta a una mujer.
En
principio, género es una categoría que la filosofía usa para
designar un conjunto de elementos que comparten características comunes.
Lingüísticamente hablando, el género es, en principio, una categoría de orden
gramatical. A nadie se le ocurre hablar, por ejemplo, de la violencia del número,
singular o plural, que es también otra categoría gramatical, etc. Del mismo
modo que nadie habla habitualmente de la «violencia» de los fonemas, de los
sufijos o de la e paragoge.
Un caso
más simpático aún, y completamente grotesco, relacionado con el género, es el
de la impronunciable arroba cibernética, que algunas personas, bien desde la
ideología feminista, bien desde el complejo intimidatorio que les causan tales
ideologías gremiales, usan con frecuencia para referirse a sus «estimad@s
amig@s», por ejemplo. En tales contextos, la impronunciable arroba no
identifica ningún género gramatical, ni ninguna igualdad de sexos (incluso
gráficamente la O masculina y superlativa domina y envuelve a
la femenina y más disminuida a, según algunas insólitas
interpretaciones): lo único que identifica esa arroba es la ortografía
aberrante de quien escribe, pues desde ese momento queda retratado como un
ideólogo gregario, el cual, lejos de ignorar las normas, cree desafiarlas
imaginariamente, sirviéndose del idiolecto de un gremio autista frente a una
realidad inderogable y efectivamente existente, el lenguaje hablado.
Haga cada
cual lo que quiera, a causa de sus ansiedades ideológicas e intimidatorias, o
como consecuencia de sus complejos personales e intimidados, pero sépase que es
un hecho objetivo que el morfema «o» designa el género masculino singular, así
como también el género neutro o no marcado, y el morfema «a» el femenino
singular. Si @ fuera otro morfema de género, o como tal funcionara, sólo se me
ocurre suponer que designaría lo hermafrodita singular,
referente sin duda extraordinario y único, al que, modestamente, yo no conozco.
Todavía. (Y con el que, los dioses mediante, no deseo identificarme, por mucha
que sea la estimación con la que cualquier supuesto amigo pretenda retratarme
en el encabezado cibernético de sus misivas colectivas y epicenas).
Las
neolenguas son propias de totalitarismos, y de distopías como 1984 de
George Orwell. Los totalitarismos afloran en la Historia en diferentes
momentos. No es la primera vez que se manifiestan, ni será la última. Cuando se
imponga el próximo totalitarismo, palabras como las mías estarán proscritas.
Entre tanto, todavía disponemos de libertad para escribirlas y publicarlas.
¿Qué cabe
esperar de profesores de Universidad, profesores incluso de lengua española,
filólogos, que se expresan oficialmente, en sus documentos y notificaciones, en
los siguientes términos? Cito literalmente: «Estimadxs directorxs (sic) de
departamento y coordinadorxs (sic) de grado: Rogamos que enviéis a lxs membrxs
(sic) de los departamentos que coordináis y al estudiantado la siguiente
información, etc.». Ante la adopción oficial de esta ortografía aberrante,
propia además de un lenguaje fonéticamente impronunciable, que sólo puede
sobrevivir en los documentos escritos y enviados entre los miembros de un
tercer mundo lingüístico, y que para mayor paradoja y desvergüenza son
profesores de lenguas, literaturas y filologías, ante tal aberración
ortográfica, me pregunto, ¿qué formación cabe esperar de los alumnos respecto a
su futuro personal y profesional? Cuando el gato va a sus devociones, bailan
los ratones... Y menudas devociones, las de estos felinos...
Es de una
ingenuidad manifiesta y patética que una Universidad ―sujeta desde la reforma
de Bolonia al logro de una relación profesionalizada con la empresa, a fin de
colocar laboralmente a sus graduados (antes licenciados)― eduque a sus pupilos
bajo los imperativos de un idealismo tan patológico que, ante cualquier
realidad empresarial, el resultado es el rechazo más inmediato.
Con este
tipo de formas de proceder, la Universidad no sólo se aleja del mundo
empresarial y laboral al que debe enviar debidamente formados a sus
estudiantes, sino que incluso los prepara para el fracaso. El éxito no se
escribe de forma patológica.
La
Universidad desconoce completamente la realidad del mundo al que se enfrenta y
que la mantiene cada día más inerte, necrótica y baldía. Empeñada en imponer
una visión falsa de las cosas, un lenguaje irreal y unas ideologías autistas
que más allá de su enajenado hábitat resultan imposibles de reproducir, lo que
ofrece actualmente a sus alumnos es una formación profesional incompatible con
la realidad laboral a la que esa población joven ha de enfrentarse.
Pero este
no es el problema del profesorado funcionario, que con frecuencia no dispone de
la menor experiencia laboral en el mundo privado, ni tampoco de conocimientos
ni de competencias profesionales, y aún menos financieras, en ningún campo
empresarial. He dicho muchas veces que en la Universidad trabaja el que no
sirve para otra cosa.
La
gravedad del problema reside en que muchos profesores de Universidad, además de
no servir para otra cosa, ni siquiera trabajan para garantizar el éxito de sus
alumnos, sino para programar irresponsablemente su fracaso laboral y también
personal. Porque la realidad destruye siempre, y sin contemplaciones, a quien
no es compatible con ella.
La
realidad no puede competir con la ficción. Ni la ficción retar a la realidad.
Cuidado con traicionar a una de las dos. Cuidado con suponer que el mundo real
funciona como una Universidad.
- MAESTRO, Jesús G. (2017-2022), «Género y sexo», Crítica de la razón literaria: una Teoría de la Literatura científica, crítica y dialéctica. Tratado de investigación científica, crítica y dialéctica sobre los fundamentos, desarrollos y posibilidades del conocimiento racionalista de la literatura, Editorial Academia del Hispanismo (VI, 14.25), edición digital en <https://bit.ly/3BTO4GW> (01.12.2022).
⸙ Bibliografía completa de la Crítica de la razón literaria
- III, 7 - Genología de la literatura.
- V, 6.1 - La crítica literaria: de lo sensible a lo inteligible.
- V, 7.1 - El silencio de la democracia ante la destrucción posmoderna de la Libertad de Cátedra en la Universidad actual.
- La figura del perro en la literatura: un animal divinizado por el arte. Cuento de José Sánchez Pedrosa en Galicia.
- ¿Cómo superar la intolerancia? La libertad siempre está más allá de lo que la ley permite: nihilismo y literatura.
- Apofenias literarias y otros disparates interpretativos: el carnaval en el Quijote y en los cuentos de José Sánchez Pedrosa.
- Borges y Unamuno: ¿lectores improductivos del Quijote? El uso de la Literatura Comparada hoy.
- Octavio Paz o cómo seducir con erotemas a tus oyentes e interlocutores: el arte de engañar con las palabras.
- Los 4 paradigmas históricos de la interpretación literaria: lo que la Universidad no te enseña.
- Esto es lo que lees cuando lees una obra literaria: componentes genéticos, estructurales y basales de la literatura.
- ¿Cómo engañar y manipular al prójimo mediante el uso de signos? Y sin inteligencia artificial.
- Un soneto de Quevedo a «la juventud robusta y engañada» para interpretar los géneros literarios según la Crítica de la razón literaria.
- Así se elaboró el concepto de transducción en la Teoría de la Literatura de la Crítica de la razón literaria.
- Así funciona la Literatura Comparada: la symploké de las relaciones comparatistas: contra Derrida.
- El arte y la literatura son estrategias de libertad que la ley no puede contrarrestar, ni detener, ni proscribir.
- La Crítica de la razón literaria ante la Teoría de la Literatura y las filosofías posmodernas.
- Si el inconsciente existe, todo está permitido: la literatura no es el terreno de juego de los adivinos.
- Desmitificación del poema «If...» de Kipling: ¿literatura parenética o cultura de autoayuda y autoengaño?
- Censura, literatura y libertad: sobre la escritura y publicación de la novela Maurice de Edward M. Forster.
- Claves para la interpretación de la literatura: la Crítica de la razón literaria en Quito, Ecuador.
- ¿Por qué la literatura no es un fósil? Ni la interpretación literaria es una autopsia.
- Antología poética de una genealogía de la literatura basada en la Crítica de la razón literaria.
- Qué es una tragedia y cómo identificarla e interpretarla en el arte y la literatura.
- 3 criterios básicos para impartir una clase universitaria de calidad sobre literatura.
- Más allá de la teoría literaria posmoderna: sobre la dialéctica literaria entre Hispanosfera y Anglosfera.
- La Crítica de la razón literaria contra los estudios culturales.
- ¿Es la Ifigenia en Áulide de Eurípides una falsa tragedia? La hermenéutica no sirve para interpretar la literatura.
- La dialéctica entre la Europa de los pueblos y la Europa de los Estados: el papel de la literatura.
- Cómo la Universidad anglosajona posmoderna destruye la literatura española e hispanoamericana.
- Cuestiones fundamentales sobre literatura oral y literatura escrita.
- La Divina comedia de Dante como crisol de las 4 genealogías literarias.
- Respuesta a las preguntas del público de la Universidad de Nariño, Colombia, con motivo de la conferencia «El Hispanismo contra la posmodernidad anglosajona: contra Terry Eagleton».
- ¿Por qué los Diálogos de Platón no son literatura?
- Crítica a la enseñanza de la Teoría de la Literatura en las Universidades actuales.
- Errores en la enseñanza de la Teoría de la Literatura: los reduccionismos.
- Cuando la filosofía es sólo literatura: una lectura literaria de la Estética de Hegel.
- Los espejismos de la literatura: ¿qué es y qué no es literatura?
- Ciencia y ficción en literatura y en Teoría de la Literatura.
- ¿Cómo diferenciar ideas y conceptos en la interpretación de la literatura?
- ¿Por qué el ensayo no es literatura?
- Diferencias esenciales entre Teoría de la Literatura y Crítica de la Literatura.
- Cómo alcanzar la objetividad en la interpretación de la literatura.
- ¿Qué es la semiótica o semiología, reinterpretada desde la Crítica de la razón literaria?
- Respuestas a preguntas sobre la ficción en la literatura.
- El cierre categorial de Bueno explicado a estudiantes de literatura.
- ¿Cuándo y por qué la literatura se divorcia de la religión?
- ¿Qué es una arquea literaria? Así nace la literatura
- ¿Por qué la literatura no es un simulacro de la realidad?
- ¿Qué es un «tercer mundo semántico» en Teoría de la Literatura?
- ¿Qué son las «teorías literarias ablativas»?
- La cultura ataca y reprime a la ciencia.
- La razón es superior al lenguaje.
- Defensa de la interpretación científica de la literatura.
- Transducción y literatura infantil.
- Contra el uso frívolo y retórico de la Teoría de la Literatura.
- Sobre el lector implícito y otras ficciones literarias.
- La ciencia y sus enemigos: cultura, lenguaje y conocimiento.
Anatomía de La Regenta, 7. Álvaro Mesía:
el sexo sólo engaña cuando va mezclado con amor o dinero
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